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Neurociencia, redes sociales y educación

Actualizado: 24 feb 2023


Las redes sociales se han convertido en inseparables compañeros de viaje de la educación de los adolescentes. El uso de estas ha crecido a nivel global (Jain, 2013) de manera dramática, por lo que es necesario entender cuáles son los riesgos, así como las oportunidades, que estas presentan.


"Es necesario entender los riesgos y la oportunidades tras las redes sociales"

Antes de adentrarnos un poco más en la cuestión, desde Open Brains nos parece importante pararnos a discutir cuáles podrían ser las acciones a emprender desde el ámbito docente en el caso de que la incorporación de las nuevas tecnologías a la educación se demostrara beneficiosas o bien perjudicial. Por un lado, tras leer el libro “Demencia Digital” (Spitzer, 2012), probablemente uno se vea tentado a prohibir el uso de cualquier tecnología en el aula, pues el autor postula desde una perspectiva neurobiológica, que estas tecnologías contribuyen a la atrofia cerebral ya que hacen obsoletos procesos que antaño eran indispensables (orientación geográfica, memorización…). Por otro lado, si se aboga por una educación que sirva como entrenamiento o práctica para que los jóvenes aprendan a desenvolverse en el mundo actual, se puede defender incluso el uso de la Wikipedia cuando se realizan exámenes, con puntos extra para esos alumnos más eficientes en el “googleado”. Entre ambos extremos probablemente encontremos un acuerdo en el que se fomente un uso responsable de las nuevas tecnologías y que el hecho de tener la información en la palma de nuestra mano no justifique no tenerla también -en menor medida pero mejor ordenada- dentro de nuestra cabeza.



"Tener la información en la palma de la mano no justifica no tenerla también -de otro modo- en el cerebro"


Para abordar los riesgos y las oportunidades, es recomendable empezar por comprender cuál es el uso que dan los jóvenes a las nuevas tecnologías y las redes sociales. ¿Y si en realidad los jóvenes se pasan el 80% del tiempo en Instagram mirando feeds de cosmología o de cómo estudiar de manera eficiente? Desgraciadamente, un estudio en más de 350 alumnos de secundaria etíopes mostró lo que ya nos temíamos… que el uso de las redes sociales es mayoritariamente recreativo (Mulisa & Getahun, 2018), por lo que Auronplay y compañía pueden seguir durmiendo tranquilos pese a los esfuerzos de los divulgadores virtuales.



"El uso de las redes sociales es principalmente recreativo"


Desde Open Brains, pensamos que la línea de acción para integrar de manera parsimoniosa las nuevas tecnologías con la vida y la educación de los jóvenes no debe focalizarse en una competición contra el uso recreativo (condenada a perder) o a un mero desincentivo de ese uso resaltando únicamente sus efectos perjudiciales. Desde Open Brains creemos que las redes sociales tienen que irse introduciendo paulatinamente en las aulas, para que así sus primeras tomas de contacto con estas plataformas estén supervisadas por expertos en docencia y pedagogía. Asimismo, desde Open Brains creemos que la búsqueda de sinergias con aquellos expertos en captar la atención del público adolescente puede ser muy fructífera para unos y para otros: mientras que los youtubers, streamers, instagramers, influencers… se beneficiarán por la obtención de contenido que cumpla una función educativa, los maestros aprenderán estrategias de comunicación y gamificación efectivas para aplicar en clase.



"Hay que buscar sinergias entre educadores e influencers"


Tratando las problemáticas concretas, si tuviésemos que elegir cuáles consideramos que son los mayores riesgos sociales y emocionales de las redes sociales, nos decantaríamos por los siguientes: sus consecuencias sobre salud mental (como en el caso extremo del cyberbullying) y la desinformación (fake news). Dejaremos para otra entrada del blog el tratar los efectos de la desinformación y, para terminar este, abordaremos las consecuencia que las redes sociales pueden tener sobre la salud mental, esperando que el lector saque sus propias conclusiones y reflexiones.

Desde Open Brains, creemos que las redes sociales pueden tener un impacto crítico en la adolescencia, pues los jóvenes las utilizan para mostrar rasgos de una apariencia o personalidad en construcción y son atacados por ello, con las consecuencias que eso conlleva a nivel psicológico, como la perturbación del autoconcepto o la pérdida de autoestima. En un estudio que analizaba la perpetración y el padecimiento del ciberacoso en diferentes países, edades y géneros, Craig et al., (2020) refleja qué prácticas de navegación hay que evitar y pone de manifiesto la necesidad de enseñar un uso responsable de las redes sociales así cómo de las medidas que los jóvenes deben adoptar en caso de detectar indicios de un posible ciberacoso. Respecto al efecto de las redes sociales en la salud mental, hay numerosos estudios que muestran efectos perniciosos, especialmente en la depresión (Barry et al., 2017; Lin et al., 2016), por lo que de nuevo el papel de los educadores es clave para enseñarles aquellos indicadores a partir de los cuales deben pedir ayuda y también, de nuevo, para fomentar un uso responsable de las redes sociales.



"Existen numerosos estudios que muestran los efectos negativos de las redes sociales en la salud mental"


Rebuscando en la literatura científica al respecto, hemos encontrado un artículo interesante para fomentar la reflexión de nuestros lectores, pues todavía queda mucho por investigar sobre los efectos de las redes sociales a nivel psicológico. En línea con los anteriores estudios mencionados, Coyne et al. (2020) observó que los niveles de depresión entre aquellos usuarios que más usan las redes sociales era mayor que en aquellos que las usaban menos. Sin embargo, demostraron que este efecto se producía a nivel de población y no a nivel individual. Dicho de otro modo, que las variaciones de uso dentro de cada individuo no correlacionaron con los niveles de depresión en adolescentes (que sería lo esperable). Este estudio abre un halo de esperanza a que tal vez no sea de por si el tiempo dedicado a las redes sinó el contenido particular que se consume lo que en realidad causa el efecto perjudicial. Esta hipótesis podría explicar los resultados puesto a que, a nivel poblacional, un mayor tiempo de exposición aumenta la probabilidad de exponerse a dichos contenidos, pero, a nivel individual -y teniendo en cuenta que los algoritmos de las redes sociales funcionan principalmente exponiendo al usuario a contenido similares a los anteriormente consumidos- no tendría por qué reflejarse. Sea como fuere, queda claro que todavía queda camino por explorar en el ámbito científico sobre la relación entre la depresión y las redes sociales.



"Todavía falta mucho por investigar sobre el efecto de las redes sociales en la sociedad"


Finalmente, desde Open Brains que los educadores tienen un papel fundamental a la hora de determinar si las nuevas tecnologías van a ser positivas o negativas. Por ese motivo, en talleres como Biased Brains o Balanced Brains dedicamos un espacio para que los alumnos entiendan de manera práctica, amena y divertida cómo funcionan las redes sociales y las consecuencias que estas pueden tener.



"En nuestros talleres de Open Brains, tratamos los efectos de las redes sociales en el alumnado de manera práctica y entretenida"


Pese a exponer sus riesgos, desde Open Brains somos optimistas, y creemos en el potencial para educar a personas abiertas, tolerantes, informadas, cosmopolitas y con pensamiento es enorme, pues nunca ha existido un acceso tan grande a la información, por lo que consideramos necesario que los docentes las incorporen a sus clases, previniendo y alertando siempre de los peligros que llevan implícitas y de cómo combatirlos.





Bibliografía


Barry, C. T., Sidoti, C. L., Briggs, S. M., Reiter, S. R., & Lindsey, R. A. (2017). Adolescent social media use and mental health from adolescent and parent perspectives. Journal of adolescence, 61, 1–11. https://doi.org/10.1016/j.adolescence.2017.08.005


Coyne, S. M., Rogers, A. A., Zurcher, J. D., Stockdale, L., & Booth, M. (2020). Does time spent using social media impact mental health?: An eight year longitudinal study. Computers in Human Behavior, 104, 106160.


Craig, W., Boniel-Nissim, M., King, N., Walsh, S. D., Boer, M., Donnelly, P. D., Harel-Fisch, Y., Malinowska-Cieślik, M., Gaspar de Matos, M., Cosma, A., Van den Eijnden, R., Vieno, A., Elgar, F. J., Molcho, M., Bjereld, Y., & Pickett, W. (2020). Social Media Use and Cyber-Bullying: A Cross-National Analysis of Young People in 42 Countries. The Journal of adolescent health : official publication of the Society for Adolescent Medicine, 66(6S), S100–S108. https://doi.org/10.1016/j.jadohealth.2020.03.006


Jain, P. (2013). Application of social media in marketing library and information services: A global perspective. European Journal of Business, Economics, and Accountancy, 1(1), 1–13. doi:10.1016/j.acalib.2015.12.014


Lin, L. Y., Sidani, J. E., Shensa, A., Radovic, A., Miller, E., Colditz, J. B., Hoffman, B. L., Giles, L. M., & Primack, B. A. (2016). Association Between Social Media Use And Depression Among U.S. Young Adults. Depression and anxiety, 33(4), 323–331. https://doi.org/10.1002/da.22466


Mulisa, F., & Getahun, D. A. (2018). Perceived Benefits and Risks of Social Media: Ethiopian Secondary School Students' Perspectives. Journal of technology in behavioral science, 3(4), 294–300. https://doi.org/10.1007/s41347-018-0062-6

Spitzer, M. (2012). Digitale Demenz. Nervenheilkunde, 31(7–8), 493–497.


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