El tablero de Adelson es una de las ilusiones ópticas más populares del mundo. Creada en 1995, muestra un tablero de ajedrez con casillas blancas y negras en las que se proyecta la sombra resultante de un cilindro.
Ante esta imagen, nos preguntamos ¿Qué casilla es más oscura, la casilla A o la casilla B?
Aunque parezca mentira, la casilla "negra" A y la casilla "blanca" B son exactamente del mismo color.
La explicación detrás de esta ilusión óptica es que nuestro sistema visual no procesa los colores como un fotómetro, sino que lo hace teniendo en cuenta el contexto.
Vemos distintos colores en función de la luz que absorbe y refleja cada pigmento: mientras que el color "blanco" refleja toda la luz, el "negro" las absorbe. Sin embargo, somos capaces de percibir los colores con mucha estabilidad, sin que estos cambien según la hora del día. Por ejemplo, cuando leemos el periódico, vemos textos en negro impresos sobre el papel blanco, independientemente de si lo leemos a plena luz del día o en una habitación con poca luz. Sin embargo, en el segundo escenario el color blanco del fondo está reflejando 1000 veces menos luz que el color negro a plena luz del día.
¿Cómo es entonces posible que veamos los mismos colores en situaciones lumínicas tan distintas?
La explicación se basa en que el sistema visual ignora los cambios graduales de luz que se resultan de la sombra y se fija en las diferencias locales (centro-alrededores). De este modo, percibiremos el gris del cuadrado "B" como más blanco al estar rodeado de cuadrados más oscuros que él y percibiremos el cuadrado "A" como más negro al estar rodeado de cuadrados más claros que él.
Existen muchos ejemplos en los que se puede jugar con el contexto lumínico para percibir como diferentes los mismos color. A continuación, os mostramos dos de los ejemplos más sorprendentes en la que el contexto espacial nos juega una mala pasada a la hora de percibir los colores.
Fíjate bien, ¡todas las bolas son del mismo color!
Parece imposible, pero las piezas "blancas" son exactamente iguales que las piezas "negras".
Una vez comprendido que el sistema visual utiliza el contexto que tiene alredador para determinar el color, vayamos un paso más allá... os preguntamos, ¿el contexto es solo espacial?
La respuesta es muy clara: NO
El contexto puede venir determinado por factores culturales y/o sociales. El siguiente ejemplo muestra a la perfección como nuestra historia previa influye en la percepción de algo tan primario como el color. Si os preguntamos ¿Cuál de estas caras os parece más oscura?
A estas alturas, ya os debéis imaginar que ambas caras son en realidad del mismo color, pero es muy probable que veáis a la de la izquierda más oscura que a la de la derecha.
En este caso, no existe un contexto espacial en el que haya unos bordes o unas sombras proyectadas como en la ilusión óptica del tablero de Adelson. En lugar de eso, nos encontramos con una diferencia en los rasgos físicos (cejas prominentes, nariz amplia, labios carnosos) que nos hacen pensar que el individuo de la izquierda es de origen afroamericano y, en consecuencia, percibimos que su cara es más oscura que la que presenta rasgos occidentales.
Este ejemplo nos demuestra que también el contexto social afecta a nuestra percepción, pues la manera en la que vemos el mundo viene determinada por nuestras experiencias previas.
Referencias:
Adelson, E. H. (2005). Checkershadow Illusion. Perceptual Science Group. MIT.
Levin, D. T., & Banaji, M. R. (2006). Distortions in the perceived lightness of faces: the role of race categories. J of Exp Psych.
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